La sostenibilidad se ha convertido en uno de los factores que mueve el mundo de la inversión en los últimos años y eso alcanza también a los propios Gobiernos. En este contexto, España se sitúa como uno de los mercados en los que las finanzas sostenibles están cobrando mayor ímpetu, situando a nuestro país en el séptimo lugar según el Indicador de Sostenibilidad Financiera del Informe de la Asociación de Mercados Financieros en Europa (AFME).
El grupo formado por nuestro país, junto con Suecia, Francia y los Países Bajos aportó un total de 48.700 millones de euros, es decir, el 71% del total de emisiones de bonos verdes de la UE dentro de la región, según el informe Indicadores KPI de la Unión de los Mercados de Capitales publicado en octubre de 2020.
Ese porcentaje cobra más dimensión cuando se tiene en cuenta que Europa es la región del mundo con más emisiones de instrumentos financieros sostenibles, con un crecimiento del 2.300% en el periodo entre 2013-2018.
En términos absolutos, España es el cuarto país que más emisiones sostenibles realizó en 2018 en la UE, tras superar a Suecia y sólo por detrás de Francia, Alemania y Países Bajos.
El balance, sin embargo, no es tan positivo cuando se trata de la financiación extrabancaría y de la disponibilidad que presenta el capital riesgo para ayudar a las startups y pymes a financiar su crecimiento. En este caso, España queda relegado al puesto 25 entre los 28 países de la UE. En concreto, en el año 2018, las pymes españolas se beneficiaron sólo de 1.800 millones de euros en inversiones de capital riesgo (procedentes de fondos de capital privado, venture capital, fondos de financiación colectiva y business angels), frente a los 194.000 millones de euros en préstamos bancarios.
La disponibilidad de capital riesgo es vital para financiar el nacimiento y crecimiento de las empresas, sobre todo de las más pequeñas, aunque a juzgar por los datos del informe de AFME, queda camino por recorrer en Europa. Aunque en 2018 este tipo de financiación aumentó en la región hasta los 25.000 millones de euros anuales, esta cantidad es casi ocho veces inferior a la de EEUU, que registró 193.000 millones de euros. «Esto supone un 1% del PIB de EEUU, frente a un 0,2% del PIB de la UE», apunta el estudio.
La ausencia de liquidez en el mercado para inversiones de capital riesgo para nuevas compañías ha hecho que muchos emprendedores hayan buscado financiación fuera de las fronteras de la UE, y eso explica que un total de 10 compañías europeas recaudasen 4.600 millones de euros en la Bolsa de EEUU en 2018.
España cuenta con unos volúmenes de emisión relativamente bajos tanto de productos de renta variable como de deuda en comparación con la UE, lo que refleja la elevada dependencia de la financiación bancaria.
En el conjunto de la UE hay otros 16 países con volúmenes similares a los españoles, lo que significa que la mayoría de los Estados miembro tienen un margen considerable para impulsar sus mercados de capitales y diversificar mejor sus vías de financiación.
Nuestro país tampoco destaca por impulsar el sector fintech. Uno de los aspectos más importantes para el éxito de este segmento es la regulación local y su capacidad para fomentar la innovación, al tiempo que garantiza la protección de los consumidores y la sostenibilidad del sistema financiero. España está en proceso de establecer un órgano regulador a nivel nacional, figura que solo está presente en cinco países de los 28.
Fuente: prensa especializada, AFME