El Comité creó en 2020 un equipo de trabajo de alto nivel sobre riesgos financieros relacionados con el clima, cuyos trabajos debían contribuir a fortalecer la regulación, la supervisión y las prácticas de los bancos en todo el mundo con el propósito de mejorar la estabilidad financiera.
Su primera contribución fue la publicación en abril de 2020 del inventario de las iniciativas reguladoras y de supervisión existentes de las jurisdicciones miembros sobre los riesgos financieros relacionados con el clima. La encuesta, en que participaron casi 30 supervisores bancarios de todo el mundo (entre ellos el Banco de España) obtuvo tres claras conclusiones:
Posteriormente, en abril 2021 el grupo de trabajo publicaba dos documentos importantes, el primero sobre los inductores de los riesgos del cambio climático y sus canales de trasmisión, y el segundo sobre las metodologías para la medición del riesgo financiero asociado al cambio climático.
En el primer informe, partiendo del tradicional enfoque de riesgos físicos y riesgos de transición, se realiza un completo análisis de cómo estos riesgos a través de los canales de trasmisión y las diversas fuentes de cambio, se convierten en riesgos financieros, que pueden tener su impacto en los aspectos incluidos en los tres pilares del Acuerdo de Capitales de Basilea. Gráficamente:
El informe clasifica los canales de transmisión en microeconómicos o macroeconómicos, ya que permite un mejor análisis del efecto directo en los bancos. Se definen de la siguiente manera:
El informe incluye ejemplos de trasmisión de ambos canales, cuyo análisis sugiere fuertemente que los impulsores del riesgo climático se pueden incluir en las categorías de riesgo financiero tradicionales, en lugar de representar un nuevo tipo de riesgo. Por lo tanto, se considera el riesgo financiero relacionado con el cambio climático en las categorías de riesgo crediticio, riesgo de mercado, riesgo de liquidez, riesgo operacional y riesgo reputacional. Por otro lado, el informe no profundiza en cómo se capturan estos riesgos dentro de la regulación establecida por el Acuerdo de Basilea existente.
Si bien los impulsores del riesgo climático pueden afectar a los bancos a través de los canales de transmisión, varios factores diferentes pueden determinar la probabilidad o el tamaño del impacto de los factores de riesgo, tanto físicos como de transición. Estos factores incluyen la heterogeneidad geográfica, los amplificadores y los mitigantes.
Estos factores ayudan a comprender mejor cómo los factores de riesgo impactan en los riesgos financieros de los bancos. La variación en los efectos de los impulsores del riesgo climático puede surgir de su ubicación geográfica, de la naturaleza de los negocios particulares de los bancos, y de exposiciones a sectores y contrapartes particulares. Diversos estudios sugieren que los impactos en el mercado económico y financiero de los riesgos físicos y de transición pueden variar significativamente según la geografía, el sector y la jurisdicción.
La heterogeneidad geográfica está impulsada por varios factores: diferencias en la probabilidad y gravedad de los propios factores de riesgo climático, diferencias estructurales en economías y mercados que afectan la importancia relativa de varios canales de transmisión, y diferencias en los sistemas financieros que pueden afectar la exposición de los bancos a los riesgos relacionados con el clima.
La amplia variación en los riesgos financieros relacionados con el clima entre las jurisdicciones y dentro de ellas, señala la importancia de la información granular, y del análisis bottom-up, junto con enfoques top-down, para comprender y evaluar mejor las exposiciones de los bancos al riesgo financiero relacionado con el clima.
Las carteras de bancos similares pueden enfrentarse a niveles muy diferentes de riesgos financieros relacionados con el clima, dependiendo de dónde se encuentren los activos y los propios bancos.
Los impactos de los riesgos financieros relacionados con el clima pueden amplificarse de varias formas. A través de interacciones e interdependencias entre factores de riesgo climático, a través de retroalimentación de los riesgos financieros y por el impacto combinado de los factores de riesgo transmitidos a través de más de un canal. Sería valioso un análisis adicional de esta área, ya que hay muy poca literatura que examine el papel de los amplificadores relacionados con el clima, en particular los amplificadores financieros.
Los mitigantes financieros pueden moderar o compensar la exposición de los bancos a los riesgos financieros relacionados con el clima a través de acciones proactivas y reactivas.
Las acciones proactivas incluyen aquellas que los bancos toman para reducir de manera preventiva su vulnerabilidad a los riesgos financieros relacionados con el clima, por ejemplo, mediante la diversificación.
Las acciones reactivas incluyen los que se toman para responder a los riesgos climáticos que ya están implícitos en las exposiciones del balance. Podrían incluir el uso de productos financieros que transfieran el riesgo climático a otras partes del sistema financiero (por ejemplo, a través de coberturas). También los mercados de seguros y reaseguros desempeñan un papel fundamental en la mitigación del impacto del cambio climático en empresas, hogares y bancos. Asimismo, la titulización y la venta de activos permiten a los bancos reducir sus exposiciones a activos de alto riesgo.
Los seguros actúan como mitigantes y fortalecen la resistencia financiera de los bancos a los peligros físicos. Un banco puede asegurase a sí mismo contra pérdidas por peligros físicos (por ejemplo, pérdidas por incumplimiento de un prestatario o interrupciones operativas) o puede ser la contraparte del banco que se asegure contra pérdidas por peligros físicos. El seguro da como resultado una resiliencia financiera fortalecida, porque la aseguradora compensa al tomador del seguro por las pérdidas financieras cubiertas. Sería útil para una mejor comprensión de los canales de transmisión, disponer de información sobre el grado en que los bancos dependen implícita o explícitamente de las aseguradoras para gestionar sus riesgos financieros relacionados con el cambio climático.
El informe sugiere finalmente, que los impactos de los factores de riesgo climático en los bancos se pueden observar a través de las categorías de riesgo tradicionales.
La siguiente tabla resume los efectos potenciales en cada tipo de riesgo:
RIESGO | INCONVENIENTES |
Riesgo de crédito | El riesgo de crédito se incrementa si los inductores reducen la capacidad de pago de los prestatarios para atender el servicio de la deuda (efecto en los ingresos) o la capacidad de los bancos para recuperar totalmente el importe del préstamo en caso de impago (efecto patrimonio) |
Riesgo de mercado | Reducción en el valor de los activos financieros, incluyendo la posibilidad de un ajuste de precio importante, repentino y negativo si el riesgo climático no está todavía incorporado en los precios. EL riesgo climático también puede llevar a romper la correlación entre activos, o problemas en la liquidez de determinados activos, lejos de las asunciones de la gestión de riesgos |
Riesgo de liquidez | El acceso de los bancos a fuentes de financiación estables se puede reducir si las condiciones del mercado cambian. Los inductores de cambio climático puede provocar que las contrapartes de los bancos retiren los depósitos y las líneas de crédito |
Riesgo operacional | Incremento del riesgo de incumplimiento legal y regulatorio asociado a inversiones o negocios sensibles con el cambio climático |
Riesgo reputacional | Incremento del riesgo reputacional de los bancos basado en el cambio del sentimiento del mercado o de los consumidores |
El segundo documento publicado en abril de 2021, versa sobre las metodologías de cálculo del riesgo financiero relacionado con el clima.
En él, se introduce un marco conceptual de la gestión financiera del riesgo partiendo de la identificación de los riesgos de acuerdo a los establecidos en el primer informe.
El informe se centra en las áreas numeradas dos y tres, en las consideraciones metodológicas y en la cuantificación del riesgo.
Después de diversas matizaciones sobre los riesgos físicos y de transición, se desarrolla el aspecto de la granularidad de la exposición. Al estimar las implicaciones de los factores de riesgo climático, los bancos y los supervisores deberán determinar el nivel de granularidad de exposición más relevante para sus respectivas evaluaciones de riesgo. Esto puede verse influenciado por varios factores, que incluyen, entre otros:
Se consideran dos enfoques para este análisis: el top-down y el bottom-up cada uno con sus ventajas e inconvenientes.
A medida que los bancos consideran cómo medir los riesgos financieros relacionados con el clima, es posible que necesiten estimar el efecto de la mitigación de riesgos potenciales y hasta qué punto los mitigantes podrían moderar o compensar la asunción de riesgos. Debe estimarse el efecto de la reducción de riesgos.
Se consideran dos aspectos relevantes: la heterogeneidad de los enfoques de medición y las diversas fuentes de incertidumbre. Respecto al primero se señalan varias de estas heterogeneidades:
Respecto al segundo aspecto, las fuentes de incertidumbre, se reconoce que medir los riesgos financieros relacionados con el clima implica incertidumbres que pueden llevar a una estimación errónea de los riesgos, aunque las estimaciones de la sensibilidad climática en general han mostrado una tendencia más alta a medida que se incorpora nueva información a los modelos climáticos, lo que sugiere que las estimaciones de los riesgos financieros relacionados con el clima pueden inclinarse hacia la subestimación.
Dado que los riesgos financieros futuros relacionados con el clima probablemente diferirán de los patrones observados o de la calibración del modelo, el recurso a datos históricos es limitado. Por lo tanto, la cuantificación de los riesgos relacionados con el clima para los bancos requiere aplicar un conjunto de supuestos sobre las interacciones entre el clima, la actividad antropogénica y la actividad económica que incorporarán una considerable incertidumbre al proceso de estimación.
Centrándose en los tipos de datos necesarios para evaluar el riesgo financiero relacionado con el clima, se observan tres categorías amplias de datos:
El informe reconoce que la estimación de los riesgos financieros relacionados con el clima se encuentra en sus primeras etapas y todavía no hay consenso sobre los mejores modelos de enfoques.
Todos los enfoques tienen varias fortalezas y debilidades relacionadas con la complejidad, la validez de los supuestos, la transparencia del mecanismo, los requisitos de datos y la carga computacional.
De los distintos modelos utilizados, el estudio hace referencia a los modelos de evaluación integrados (IAM), al modelo de equilibrio general computable (EGC), a los modelos de equilibrio general dinámico estocástico (DSGE), a los modelos de generación superpuesta (OLG), a los modelos basados en agentes (ABM) y, finalmente, al análisis de escenarios.
Entre los procesos de medición del riesgo que están aplicando actualmente los bancos y los supervisores, algunas prácticas más prominentes y convencionales incluyen los scores y ratings, análisis de escenarios, pruebas de estrés y análisis de sensibilidad. Además de estas prácticas más convencionales, se están desarrollando nuevos enfoques para evaluar el riesgo como:
Después de efectuar una relación de las metodologías más utilizadas por los bancos y los supervisores para medir el riesgo financiero relacionado con el clima, se identifican las áreas que necesitan un desarrollo futuro, destacando la elaboración de enfoques de clasificación de riesgos y los desafíos en la disponibilidad de datos apropiados.
Las conclusiones resumidas de este segundo informe son: